Los desarrolladores argentinos que apostaron en Miami

Alan Faena, Eduardo Costantini y la familia Coto son algunos de los empresarios locales que desembarcaron en el mercado de lujo de Florida; las razones que impulsaron las inversiones y los proyectos

MIAMI.- En estas playas, los argentinos no sólo se destacan por comprar propiedades. También por construirlas. Hoy, muchos de los rascacielos y edificios de lujo que le imprimen el nuevo carácter a esta ciudad cosmopolita son producto de inversores argentinos. Oceana, Jade, Aria on the Bay, el Faena District, los Ritz Carlton, Fendi Chateau, o el futuro edificio de Aston Martin Residences son apenas algunos ejemplos. “A los argentinos les encantó siempre Miami. Venían a comprar y a partir de 2008, cuando los desarrolladores locales vieron que los precios bajaron por la crisis, desembarcaron con sus empresas. Es positivo que figuras como Faena, o Costantini, le hayan puesto un sello de aceptación a Miami. Ellos atraen compradores”, sintetiza el argentino Carlos Rosso, presidente de The Related Group, la compañía de desarrollo más grande de la Florida. La firma, creada por Jorge Pérez, ha construido cerca de 100.000 unidades. En algunas zonas del downtown, son autores de uno de cada cuatro departamentos. Hyde, Icon, o Apogee son algunos edificios con su marca. Alfredo Lowenstein, fundador de Pumper Nic y co-desarrollador de Paseo Alcorta entre muchos de sus proyectos en la Argentina, fue uno de los pioneros al comprar un hotel en South Beach en 1966. Al mando de su hijo Diego, su firma Lionstone ya celebra 50 años en el mercado, ha puesto el sello de dos Ritz Carlton (South Beach y Bal Harbour), y se expandió a países del Caribe. Lionstone es experta tanto en desarrollo como remodelación de hoteles, y se asoció con el magnate británico Richard Branson, fundador de Virgin, para hacer los hoteles de su cadena. El primero abrió en Chicago. El plan es llegar de su mano también a Miami.

Otro que vio crecer la ciudad es Edgardo Defortuna. La carrera de Defortuna en Miami comenzó casi por casualidad. “A mediados de los ochenta cuando estaba haciendo mi MBA en la Universidad de Miami, empecé a observar que la mayoría de las compañías de venta y corretaje inmobiliario no se enfocaban en el comprador internacional”, resume. Así, empezó como corredor inmobiliario saliendo a diferentes países a ofrecer el producto local. Hoy tiene más de 1100 personas trabajando, entre empleados y agentes. En 1996 se lanzó al desarrollo de grandes proyectos, con más de un millón de metros de desarrollo bajo su cartera. Uno de sus edificios, Jade Signature, con 60 pisos, ha sido reconocido como uno de los diez mejores rascacielos del mundo por Deezen, la revista de arquitectura de Londres más respetada en la industria. La familia Melo también aportó sus pinceladas a esta postal. En 2001, cuando José Luis Melo, presidente de la urbanizadora homónima, viajó desde Buenos Aires por negocios, no imaginó que su destino estaba a punto de cambiar. El potencial de la ciudad llevó al empresario a comprar un terreno al Norte del downtown por US$1,9 millones.

Hoy, juega un papel clave en la construcción de condominios. Fue pionero en detectar áreas urbanas que se han convertido en una serie de proyectos de alquiler multifamiliar y otros condominios de lujo a precios moderados que atienden a jóvenes profesionales que trabajan en el área. Ya asentado en Miami, lleva construidas más de 5000 unidades, de las cuales 3600 son propias para renta. A este punto el grupo desarrolló más unidades en Miami de lo que ha hecho en Argentina. “Estamos con nueve proyectos nuevos, cada uno en etapas diferentes: diseño, obtención de permisos, construcción, renta”, cuenta. Lidera la compañía junto a sus hijos Martín y Carlos. Su proyecto más reciente, Aria on the Bay, se terminó el año pasado, con 648 unidades y 53 pisos.

Manuel Grosskopf también trajo su experiencia de las lujosas torres Château de Argentina, para posicionarlos esta vez sobre la playa. Con la compra de un terreno sobre el mar a pasos del lujoso barrio Bal Harbour, desarrolló Fendi Château, el primer condominio de lujo que lleva la marca Fendi, con 12 pisos de altura y 58 residencias.

Eduardo Costantini, por su parte, completó en 2016 su primer proyecto en suelo americano: Oceana Key Biscayne fue erigido en un terreno único, con increíbles vistas al agua y un diseño de vanguardia. “En 2008 juntamos un capital de US$110 millones con la idea de diversificarnos en el exterior. Empezamos viendo San Pablo, Rio, New York, y terminamos en Miami. Buscábamos un terreno único en su ubicación y especificación, que encontramos en la isla de Key Biscayne“, cuenta. En ese momento Estados Unidos estaba sumido en una crisis importante, sobre todo Miami. Sin deuda, y con el cash en la mano, su firma Consultatio encontró la oportunidad justa para desembarcar en estas tierras. “Fue una experiencia nueva, y también para el mercado de Miami puesto que hicimos el primer proyecto del nuevo ciclo donde introdujimos modificaciones que después otros nos siguieron. Por ejemplo, construimos el garaje bajo tierra. Allí es complicado porque al ser el suelo arenoso, el agua de mar hace una fuerza desmesurada. Nosotros incursionamos en esa tecnología, que luego se usó para otros proyectos”, cuenta. A ese edificio, que en apenas 60 días logró vender las dos terceras partes por US$400 millones, le siguió Oceana Bal Harbour, de 240 unidades, sobre un terreno que pagó US$ 220 millones y que estima en ventas en US$1300 millones estableciendo un nuevo récord en el Sur de Florida. “Consultatio en Miami tiene los dos proyectos residenciales de mayor venta”, cuenta el fundador de Nordelta.

Alan Faena por su parte, llegó con todo. Con una inversión de US$1000 millones revolucionó South Beach. El Faena District es el nuevo epicentro urbano a lo largo de cuatro manzanas distribuidas sobre la tradicional Collins Avenue. Es la primera vez que un barrio tiene nombre de un argentino y que confluye su art forum de 4000 metros cuadrados con el hotel y las residencias.

Los desarrolladores argentinos que apostaron en Miami

El último jugador que se sumó a la partida es la familia Coto, que tras asociarse con la marca británica Aston Martin, arrancó la construcción de una torre de 391 residencias en 66 pisos de altura, previstas para estar concluidas en 2021. G&G Bussines Developments, la desarrolladora de los dueños de la cadena de supermercados, pagó por el terreno -en 2014- US$125 millones, el valor máximo abonado al momento por un lote de ese tamaño. “Con un idioma amigable y una población latina importante, el desarrollador aquí tiene un vuelo fácil. Nos es relativamente familiar, es como un primo tercero. Además, la industria es abierta y te acoge bien”, expone Costantini a la hora de analizar por qué los argentinos desembarcan para hacer negocios. Por otro lado, siempre está latente las ansias de diversificarse. En la Argentina las oportunidades disminuyen, y la ciudad que atrae al turista por sus playas y sus shoppings, también es para los desarrolladores una alternativa muy válida. No obstante, Costantini asegura que hay que ser cuidadoso al momento de invertir. “Se ha comportado muy cíclicamente. En 2008 pasó una crisis gigante, y ahora hace tres años que también hay una baja en ventas. Si bien no hay un riesgo macroeconómico en general, es clave saber comprar con buen timing”, aconseja. “Miami es atractiva para muchos países -cuenta Martín Melo. En Aria on the Bay, tenemos compradores de 44 nacionalidades. Es vista como una ciudad segura. El mercado es mundial, no es nacional o local. Las reglas ayudan a mantener el valor de la propiedad. EE.UU. tiene la misma moneda hace 200 años, nunca tuvo devaluaciones de sacarle ceros ni cambiar billetes. Y es el único país del mundo que no tuvo gobiernos de facto o dictadura. Todo eso genera estabilidad”, relata.

Los desarrolladores argentinos que apostaron en Miami

Rosso asegura que la sinergia entre Argentina y Miami es muy fuerte, y lo traduce en la cantidad de vuelos que las unen. “El intercambio va a seguir. La gente que viene después de un año ve una ciudad nueva, y eso atrae al inversor”, aporta. Nadie mejor que él para hablar de sinergia, dado que The Related Group ha incursionado en el camino inverso: eligió Puerto Madero para desarrollar SLS Lux, su primer gran proyecto en Argentina.

Pero al hacer un edificio en Estados Unidos también hay que saber que las regulaciones son muchas. Para aprobar un proyecto en la municipalidad hay que pasar por 20 departamentos diferentes, desde medioambiental a todo lo referente a la construcción. “En cierto aspecto es más complejo que la Argentina pero las reglas son claras y constantes. Es como jugar un juego difícil, pero si lo sabes jugar, las normas no cambian a mitad de camino”, explican los Melo. El desafío no radica solo en las regulaciones, sino incluso en la venta.

“En Argentina uno tiene una inmobiliaria, pone un cartel y publica el fin de semana en el diario. Otra cosa es salir a vender a más de 50 países”, completa. El desarrollador a su vez, tiene derechos bien reconocidos, e incluso hay abogados que lo representan. Por ejemplo la ciudad respeta en tiempo y forma los plazos establecidos, de lo contrario desarrollador tiene penalidades económicas ante la ciudad, lo cual deja a las dos partes en una situación más equitativa. Al trazar un comparativo, siempre hay que estipular un punto en el pasado. Si bien Edgardo Defortuna asegura que en la última década las propiedades en Miami han tenido un incremento de precios -“en departamentos la suba entre 2008 y 2018 ha sido de más de un 100 por ciento, mientras que en las casas fue de aproximadamente un 75 por ciento” explica-, también los números harían pensar que aquella racha ya terminó, sobre todo para las nuevas construcciones. “Los mercados no pueden siempre ser “pum” para arriba y se tomó un respiro. Se hicieron muchos proyectos, estamos esperando que se absorba el producto pero ya tenemos terrenos esperando que el mercado termine de digerir el inventario de este ciclo”, puntualiza Rosso. En el mismo sentido opina Costantini. “En 2015 el mercado empezó a revertirse. En la franja de super high-end hay un ciclo recesivo. Después de la expansión, hay un cambio de tendencia. Estamos en un proceso de digestión de todas las unidades”, cuenta. En Oceana Bal Harbour, de 240 departamentos, quedan unos cincuenta aun en venta. “Ahora estamos en un compás de espera para hacer un nuevo proyecto en Miami“, adelanta. El empresario también está interesado en Nueva York, donde imagina construir un edificio sin excesivos lujos. Las cifras del Bureau de Censo muestran que la Florida recibió más de 300.000 nuevos residentes en 2018, con Miami como su ciudad más poblada. Además, ha sido el elegido por los americanos que buscan un nuevo hogar. Desde 2010, el estado sumó 1,5 millones de personas de otras partes de Estados Unidos. Más allá de los ciclos, Miami sigue atrayendo capital. Un dato para los locales es que el 29 de abril se está organizando un study tour a esa ciudad en el que los asistentes podrán asistir a reuniones con desarrolladores referentes de ese mercado.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/propiedades/los-desarrolladores-argentinos-apostaron-miami-nid2230880