A pocas personas no les gusta el mango, o quizá sea mejor decir, los mangos, pues hay muchas variedades, más de 600. En el sur de la Florida solamente se cultivan unas 210, por eso está considerada una subregión de la suculenta fruta.

Llega a Miami el Festival Internacional del Mango
Llega a Miami el Festival Internacional del Mango

Aquellos que no la tienen en su menú se quejan de que uno se embarra al comerla, de que tiene mucha azúcar, mucho yodo, mucha fibra… A los “aficionados” al mango, en cambio, todas esas cualidades les parecen virtudes. La Manguifera indica, una de las frutas más antiguas, cuyas semillas se han encontrado en esqueletos de dinosaurios, fue introducida en las colonias de América por la flota británica, en el siglo XVII. Con el tiempo han surgido muchas variedades, bien por efectos de clima y terreno, bien por los experimentos de los ingenieros agrónomos. En la Cuba de mi infancia abundaban las clases de mango; entre los más populares estaban los filipinos, y el mango llamado “señora”, posiblemente un Haden que por la riqueza del suelo crecía más de lo común.

Los “bizcochuelos” eran así llamados por su cantidad de jugo, dulce como almíbar. También había “mangas”, blancas y amarillas, que eran mangos redondos y que por ser abundantes en “hilachas” no se comían, sino que se iban chupando a través de un agujero en la punta.

Muchas de estas variedades pueden degustarse durante el International Mango Festival que se celebra este año los días 12 y 13 de julio en el Fairchild Tropical Botanical Garden (FTBG). Pudimos conversar con la doctora Noris Ledesma, curadora de frutas de esta institución y una de las figuras clave del evento.

“Este año celebramos Mangos de Jamaica. El color del Caribe, y su gente estará con nosotros”, dice Ledesma, quien por más de 15 años ha viajado por el mundo colectando variedades de mango y trabaja con productores locales y de numerosos países para hacerlas más resistentes a enfermedades y plagas.

“Nuestra colección de plantas tiene más de 650 variedades de mango, incluso 30 silvestres de Malasia e Indonesia”, agrega. Ledesma tiene grandes expectativas con respecto al mango en la Florida. “He visto nuevas plantaciones. Nuestra gente quiere mangos de calidad y no está feliz con los importados. Estamos trabajando, pero hay mucho por hacer. Creo que debemos enfocar la industria hacia la producción de mangos que la gente extraña de sus países. Bizcochuelo para los cubanos, Julie para la comunidad del Caribe, y también mangos para los hindúes y para otros países asiáticos”, comenta con entusiasmo.

Lamentablemente, los mercados miamenses suelen vender mangos de otros países, mientras que los locales posiblemente vayan a parar a otro estado. Para disfrutar realmente de esta fruta usted debe sembrarla en su patio o jardín o bien explorar algunas carreteras y vecindarios entre mayo y julio en busca del promisorio letrero de: “Se venden mangos”.

El mango es uno de los mejores árboles en esta zona climática. Como tenemos un clima similar al de la India, con largas sequías y largos meses de lluvia, este frutal se adapta fácilmente. Una vez establecido es bastante resistente a los vientos huracanados y sus ramas no se parten con facilidad.

El cultivo del mango tampoco requiere de mucha ciencia, basta con un buen abonado orgánico durante el otoño, riego adecuado, si no llueve, y una poda inteligente cada 2 o 3 años, porque si crece demasiado es un problema cosechar la fruta y las que caen terminan hechas compota.

“Plante un árbol pequeño, pues sus raíces podrán abrirse camino más fácilmente en nuestros suelos rocosos”, aconseja Ledesma. “El mango no necesita mucha agua, solo los primeros dos meses. Después no riegue demasiado, porque puede podrir las raíces. El fertilizante 0-0-50 es el más aconsejable. No fertilice en invierno y pode frecuentemente para mantenerlo de un tamaño conveniente y para que el aire circule, lo que evitará las plagas sin usar químicos”, resume.

Si quiere saber más de esta tentadora fruta que además tiene propiedades curativas, lléguese al Fairchild durante el Festival, que cada año atrae a miles de fanáticos del mango. Hay conferencias, degustación, demostraciones culinarias, subasta, venta de frutas y de árboles de mango.

Entre las muchas actividades hay también kioscos con comida étnica, música en vivo, actividades infantiles y venta de otras plantas.

Fuente: https://www.elnuevoherald.com/vivir-mejor/estilo/article26002903.html#storylink=cpy